“En la noche del 23 de noviembre de 1957 empezaba en Ifni, territorio español situado en la costa sur de Marruecos, una guerra silenciada que fue ocultada de cara a la opinión pública. Muy censurada en la época, constituye el último conflicto internacional que España mantuvo de manera directa con otro país”.

Me decidí a escribir sobre la guerra de Ifni tras la investigación que llevé a cabo para escribir la novela Salamo. Mientras me documentaba sobre la vida de los cuarteles en África, acerca del Frente Polisario, así como de la guerra del Sáhara, me fui adentrando en el mundo de los movimientos de liberación independentistas en contra del colonialismo y descubrí cómo, en el antiguo territorio español de Ifni, se había librado una guerra que apenas fue conocida en la época, de la que los medios de comunicación se encargaron de ocultar a la opinión pública. Indagando, acerté a saber cómo cerca de 300 soldados españoles perecieron en esta contienda secreta y más de 500 fueron heridos. A los reclutas que les sorprendieron estos hechos en 1957, les tocó vivir estos acontecimientos envueltos en un panorama de desolación y condiciones deplorables, abandonados en algunos casos a la propia suerte y a manos de los enemigos.
La guerra de Ifni fue una guerra corta, pero intensa, de la que la sociedad española de la época tuvo muy poca información y de la que hoy en día tampoco se sabe mucho. Es un suceso al que se le ha echado tierra encima. Los soldados de reemplazo lo pasaron mal en las trincheras y puestos de vigilancia montañosos del interior en aquel enclave africano. Aunque demasiado hicieron, sin medios, con material obsoleto. Los militares españoles dieron la cara y salvaron al gobierno, que los tenía en estado de semi-abandono.
Con esta novela he prentendido rendir homenaje a todos aquellos héroes anónimos que lucharon por la patria y nunca tuvieron un reconocimiento. Aunque es la segunda parte de una trilogía, es un libro que se puede leer independientemente y que tiene su trama propia. Pero si se ha leído Salamo se pueden entender mucho mejor las historias y atar muchos cabos.  La idea surgió porque cuando estaba escribiendo este volumen, algunos de mis primeros lectores, tras finalizar el primer libro, me dijeron que querían saber más sobre algunos personajes como Miguel o Zuleima. Y se me ocurrió la idea de volver a reencontrarme con ellos en este segundo libro. Lo pensé y no era un disparate. Aunque el primer libro se cierra claramente, sí que queda una especie de final abierto que se podía continuar.
Si a alguien le fascinó la historia de ese militar salmantino al que le pilla la Marcha Verde, supongo que le interesará conocer cómo encajó su vida tras la vuelta del Sáhara, con ese padre que había dejado de hablarle por su abandono de los estudios de medicina y la relación rota con su antigua novia. En el primer libro se percibe claramente cómo Miguel, en el presente, es un asentado doctor, excelente oncólogo, en la ciudad de Salamanca. Pero en este libro se van a poner de manifiesto los recuerdos que el médico tiene de sus días como militar en El Aaiún y sus más antiguas nostalgias.
Espero que lo disfrutéis